La ministra de Defensa: "Tenemos el Ejército que Azaña soñó hace 80 años" Reconoce que aumentarán los ataques contra las tropas españolas en Afganistán. Dice que sólo hay cinco mil recursos contra la Ley de Carrera Militar.
Cesar Vidal: "La reforma militar de Azaña"
AUME: la Ley de Derechos es "el último cartucho" de Chacón
2011-02-22
J. Arias Borque
Veinticuatro horas antes de que se cumpliese el trigésimo aniversario de la intentona golpista del 23-F, Carmen Chacón, hizo una de sus limitadas intervenciones públicas. La misma tuvo lugar en los desayunos informativos de Europa Press, donde presentada por la ex vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, impartió la charla La transformación de las Fuerzas Armadas, un éxito democrático.
La titular de la cartera de Defensa señaló que Fuerzas Armadas han pasado de cometer hace treinta años –en alusión al 23-F– el acto que "mayor distanciamiento" ha creado entre los Ejércitos y la ciudadanía a ser ahora la institución del Estado "más valorada" por los propios ciudadanos. Esto se debería, según dijo, a siete hitos en la modernización de las FAS.
En estos hitos incluyó el proceso de reorganización, con una estructura de mando unificado y abandonando los criterios de despliegue territorial que, según dijo, "estaban más enfocados a la ocupación del territorio que a su defensa"; el ingreso en organizaciones internacionales como la OTAN; la profesionalización del Ejército en 1999, con el fin del servicio militar obligatorio; o la entrada de la mujer en las Fuerzas Armadas en 1988.
A estos, según añadió, habría que sumar el nuevo modelo de enseñanza militar que ha aprobado el Gobierno Zapatero, con doble titulación civil-militar para oficiales y suboficiales; los programas de renovación tecnológica, que han hecho que las FAS cuenten con material como los "Eurofighter" o los "RG-31"; y la la participación de las Fuerzas Armadas en las misiones del exterior, en las que más de 120.000 militares españoles han cumplido con su deber en más de 60 misiones en cuatro continentes, y en las que han fallecido 159 militares.
Tras ese repaso, dijo que el 25 de abril de 1931 fue el primer intento de modernización de las Fuerzas Armadas, en alusión al decreto de reforma de los Ejércitos que firmó el por entonces ministro de la Guerra, Manuel Azaña. "Fue el primero en concebir un ejército eficaz como lo eran el de Francia y Alemania, pero aquel proyecto se truncó por la guerra y la larga sombra de la dictadura", dijo, para sentenciar después: "tenemos el Ejército que Azaña soñó hace 80 años".
La Ley de Derechos y los recursos de la Carrera Militar
Chacón apostó nuevamente por alcanzar un importante consenso en la tramitación de la Ley de Derechos y Deberes de los ciudadanos, a la que los grupos parlamentarios de la oposición han registrado casi 250 enmiendas. "La ley no debe salir sin un gran consenso, haríamos un flaco favor a nuestras Fuerzas Armadas", dijo.
Tampoco quiso aclarar más de lo ya conocido sobre el Observatorio de la vida militar, del que volvió a insistir en que estará conformado por expertos en materia de Defensa y se supone que será "un órgano independiente de los gobiernos"; ni entrar en excesivos detalles sobre cómo se definirá el concepto de neutralidad política de las Fuerzas Armadas, aunque sobre esto recordó que "hay unas líneas rojas claras marcadas por la jurisprudencia".
La ministra señaló que Ley de Derechos abre "espacios de participación" y auguró que con esta ley y "con nuevo régimen disciplinario se cerrará un ciclo" en cuanto a normas para los Ejércitos se refiere. Y es que, según dijo, el Gobierno intentará sacar adelante en esta legislatura el nuevo régimen disciplinario militar, pero tendrá que hacerlo una vez se haya aprobado ya la Ley de Derechos.
Sobre la polémica Ley de Carrera Militar, que ha supuesto un profundo malestar en el seno de las Fuerzas Armadas y ha llenado de recursos los estamentos del ministerio, negó que los recursos presentados contra la misma sean más de 12.000 y los cifró tan sólo en unos cinco mil, "de los que 1.881 han sido desestimados y aceptados 341".
Presencia española en Afganistán
Chacón dijo que el año 2012 "será clave, el principio del fin de la misión en Afganistán" porque se "empezará a ceder el poder" al Ejército y la policía afgana. Según avanzó, se prevé transferir la responsabilidad a las autoridades locales en Herat en este 2011 y en Badghis en 2012. Aunque esas transferencias "no suponen la vuelta inmediata de las tropas" a España porque los objetivos de los aliados son "irrenunciables". "Volverán a casa cuando los objetivos estén cumplidos", insistió.
Como en ocasiones anteriores, aprovechó la ocasión para destacar la labor que están desarrollando los militares españoles en el país asiático y reconoció que es posible que en los próximos meses aumenten el números de ataques que las tropas reciben de los talibanes, aunque prefirió utilizar el eufemismo "más dificultades".
"Conforme más espacio de territorio garantizas a los afganos más la insurgencia trata de impedir que eso sea así", dijo, para insistir en que las dos carreteras que construyen los españoles, la denominada ruta Lithium y la Ring Road son "rutas estratégicas para el comercio y el desarrollo social y económico de la zona", que pasan por zonas que "antes controlaban talibanes e insurgentes".
Por ello, tuvo que admitir que según se gana terrerno hacia el norte, adentrándose hacia el valle de Bala Murghab, "los talibanes y la insurgencia tratan de seguir controlando espacios que los militares devuelven al comercio afgano. Y ahí entramos más en lo que llamamos hostigamientos", reconoció, para plantear después que si los españoles no saliesen de su base no recibirían ataques pero tampoco podrían desarrollar el trabajo para el que han sido enviados.
Programas de modernización
La ministra de Defensa habló también de algunos de los programas de modernización en los que se encuentran inmersas las Fuerzas Armadas. Así, destacó que el programa del Airbus 400M "es ya una realidad" y "un éxito de Europa", y avanzó que Francia recibirá la primera unidad en 2012.
Así, descartó que los 2700 millones de euros extras que hubo que aportar para que el proyecto del Airbus 400M saliera adelante no obligarán a Defensa a abandonar otros programas de modernización, aunque sí reconoció que las dificultades económicas han hecho que se tenga que priorizar en programas como los del RG31 o los Lince, para dar más seguridad a las misiones exteriores, y que se tengan que renegociar los pagos de algunos otros procesos: "Gracias a los ministerios de Ciencia e Industria hemos podido revisar los plazos de algunos pagos. Todo el mundo es consciente de que los pagos llegarán".
Del mismo modo, negó que el programa de los blindados 8x8 esté descartado, después de los continuos retrasos por los que se está viendo afectado. "Se acaba de terminar la elaboración de los pliegos de los contratos. No hemos abandonado el programa", afirmó la ministra.
ESPAÑA
La reforma militar de Azaña
Por César Vidal
En el año 31, el Ejército estaba en muy mala situación. Tengo que decir, de todas formas, que aquél arrastra una serie de males que parece que vienen de las guerras carlistas. Y digo desde las guerras carlistas porque como en el Abrazo de Vergara se decidió que los oficiales carlistas entraran en masa en el Ejército, se produjo en éste una macrocefalia que casi casi dura hasta el día de hoy.
El Ejército era sin lugar a dudas macrocéfalo; tenía, sí, un cabezón inmenso (había un oficial por cada 14 hombres), y era terriblemente indigente en materia de instrucción y capacitación, así como de medios. La situación de la Flota era algo mejor, gracias a las reformas ideadas por Maura y emprendidas por Primo de Rivera, pero en términos generales las Fuerzas Armadas eran un desastre. Y como no eran aptas para la defensa y no estaban preparadas ni dotadas para sostener el fuego enemigo más allá de unos días, la reforma era obligada. Lo que pasa es que se hizo muy mal.
Y se hizo muy mal porque, para empezar, una de las cosas que consintió Azaña, evidentemente no por buenas razones, fue que reaparecieran las Juntas Militares. Y vaya si reaparecieron: en la extrema derecha surgió la UME: Unión Militar Española, y en la extrema izquierda la UMA: Unión Militar Antifascista, que luego pasaría a ser la UMRA, con erre de Republicana. Las Juntas se dedicaron a meter la cuchara y, por ejemplo, anular ascensos por méritos de guerra, suprimir el Cuerpo del Estado Mayor, hacer la vida imposible a determinados oficiales, promocionar a otros (porque eran masones, verbigracia), etcétera. Es decir, lo de las Juntas era lo peor de lo peor.
En segundo lugar, tenemos lo que Azaña denomina en sus memorias, con tremendo cinismo, "el gabinete negro". ¡Que nombró él! Ese "gabinete negro", nombrado por el ministro de la Guerra Azaña, estaba dirigido por un comandante de artillería, sectario e incompetente como pocos, de la absoluta confianza del ministro de la Guerra Azaña, llamado Juan Hernández Sarabia. Por si fuera poco, no estaba bien de la cabeza, como reconocían sus propios compañeros. Pero Azaña lo escogió porque era tan sectario, que haría lo que aquél perseguía, y que no era reformar el Ejército para hacerlo más eficaz, sino republicanizarlo al azañesco modo.
Así las cosas, se dictaron 32 decretos, que en septiembre del 31 se convirtieron en la Ley Azaña, que fundamentalmente pretendían apartar del servicio a militares que podían ser competentes pero no azañistas y, por el contrario, mantener y promocionar a los azañistas. El alcalaíno clama en sus memorias por lo que hizo Sarabia, pero es que resulta que él puso ahí a Sarabia para que hiciera justamente eso.
La reforma fue un desastre, una diarrea de medidas de carácter administrativo y político que no mejoraron la calidad ni la dotación de las Fuerzas Armadas: en términos generales, éstas sólo mejoraron algo en la época de Gil Robles, ya durante el bienio radical-derechista. Además, no consiguió republicanizar al estamento militar: lo que pasó fue que la gente que quería al Ejército decidió quedarse en él... aunque no le gustara el ministro de la Guerra; por el contrario, aquellos a los que el Ejército no les gustaba tanto y eran más partidarios de Azaña, al ver que podían retirarse con los haberes completos y dedicarse a otras cosas, lo hicieron. Algo así ocurrió también a raíz de la reforma de Narcís Serra, por cierto.
Esto tuvo consecuencias notables. Como las Fuerzas Armadas no mejoraron y tampoco se convirtieron al azañismo entusiasta, se produjo un proceso muy notable. En el año 31 la mayoría de los oficiales, y especialmente los jóvenes, aplaudió la llegada de la República; no porque fueran republicanos, sino porque pensaban que la Monarquía no se había comportado correctamente y que las Fuerzas Armadas dejaban mucho que desear. Pues bien: en el año 36 la mayoría de esos oficiales jóvenes era muy contraria a la República de izquierdas; y eso en buena medida fue obra de Azaña. También hay que decir, en honor a la verdad, que Azaña no dudó en calificar de "nefasto" al Ejército; incluso llegó a motejarlo, en la época de la reforma, como "el monstruo". Y claro, cuando uno forma parte del "monstruo", este tipo de cosas no te agradan demasiado.
Azaña no mejoró el Ejército pero lo mermó; en cambio, multiplicó los efectivos de las fuerzas de orden público: en el año 32, apenas unos meses después de proclamada la República, éstas ya tenían el doble de miembros que el 14 de abril de 1931. Un dato significativo, sobre todo si tenemos en cuenta la leyenda de que la República era el régimen de la libertad...