Según Keiser, Blankfein "cree que es el sistema actual no es capitalista, pero no se da cuenta de que el problema es él", sino que apunta al "Gobierno y al exceso de regulación sobre los bancos y sobre Wall Street". "Lo que no dice es que tanto él como el resto de los banqueros han posicionado a varios lobistas y legisladores para que cambien las leyes y acaben con el Estado de derecho en Wall Street", critica el copresentador.
"Por ejemplo, la crisis del 2008 fue una repetición de la crisis de ahorros y préstamos", comienza contando Keiser, que señala que lo que durante esa época era "ilegal" (por lo que 1.500 banqueros fueron a la cárcel), en 2008 ya no lo era. "¿Y todo gracias a qué? A los cambios que han hecho en las leyes, que les permiten cometer los mismos fraudes y eludir la cárcel", sentencia.
Por su parte, Herbert apunta a que Goldman Sachs cuestiona "el funcionamiento actual del capitalismo si los márgenes se mantienen tan altos". "El problema han sido las continuas intervenciones por parte de los bancos centrales, que protegen a la parte más baja del ciclo, a los participantes más débiles, para evitar su salida, lo que hace que unos pocos privilegiados como Lloyd Blankfein, que pagan hasta 675.000 dólares a futuros candidatos a la presidencia de EE.UU. por dar discursos, mantengan sus elevados beneficios mientras el resto de la economía se desploma", indica.