lunes, 18 de junio de 2012

ESPAÑA DEBE SALIR DEL EURO

PARA CRECER Y CREAR EMPLEO ESPAÑA DEBE SALIR DEL EURO


Vaya por delante que yo creo en Europa y no creo en el Sistema Financiero Europeo. 

Es complicado convencer a la gente sobre temas importantes en materia económica, por una razón tan simple como que se han dejado convencer de que la economía es tema de expertos. Y buena parte de la culpa la tienen los mismos economistas incapaces de poner en causa los razonamientos que nos ofrece la prensa con problemas económicos, manipulada por  políticos.

Hay dos  hechos indudables e inevitables para nosotros en el contexto actual :

- Nuestra economía, al igual que otras más importantes que la nuestra, es incapaz de crecer.
- El desempleo está estancado en seis  millones de personas  y seguirá creciendo .

¿Por qué no nos damos cuenta que los principios económicos en los que se basan nuestros políticos están errados?

Si nos fijamos en España, no parece demasiado difícil percatarse que a una exigencia de la Unión Europea de reducir el déficit insostenible que tenemos, respondemos irresponsablemente subiendo los impuestos o rebajando los logros alcanzados  por nuestro Estado del Bienestar.

Ambos tipos de medidas, conducen inexorablemente a entrar en DEPRESIÓN y convertir el desempleo en Paro  de larga duración.


España y la estancada Europa en la que nos movemos.


Con la misma fe de siempre creo que podemos hacer mucho más de lo que hacemos, cumpliendo con las exigencias europeas de reducir el Déficit y la Deuda Total de España.

Europa, defendiendo los intereses de Alemania, Francia, Inglaterra e incluso los EEUU, nos ha facilitado un paraguas concediendo refinanciación a nuestros Bancos y Cajas e incluso al Estado Español

En todo este año y el próximo, dada nuestra política presupuestaria, todo seguirá igual o peor para las cifras de Deuda Total Española, desempleo e inestabilidad del Sistema Financiero Español.

Continuará desaparecido el crédito para particulares y empresas, seguiremos destruyendo nuestro tejido productivo  y el stock de pisos sin vender estará por encima del millón y medio de viviendas de todo tipo de precios.

El no asumir que tanto nuestro país como Europa hacen frente a una crisis de dimensiones similares a las de la Gran Depresión de 1929, nos va costar más esfuerzo y dolor del que podemos soportar.

Para proponer soluciones antes debemos describir los problemas más importantes que nos aquejan:

1.- La prensa europea hace mucho que dejó de cumplir con su misión de informar y crear una opinión económica crítica. Si la prensa europea no está comprada lo parece. Y sin prensa inquisitiva y con la intelectualidad refugiada en sus cuarteles de invierno, mal podremos definir bien los problemas que tenemos para poder resolverlos. 

2.- La Europa preocupada por el crecimiento económico, el mantenimiento de un Estado de Bienestar razonable y una política de Inversiones europeas que ayude a converger sus economías no existe.  

Los grupos oligopólicos alemanes, ingleses y franceses que controlan la economía europea e incluso nuestra vida cotidiana y cultural, son grupos que defienden sus intereses concretos . 

El Sur de Europa y los países del Este, mantienen una relación con los países del Noroeste de Europa similar a la de la América Latina con los EEUU.

Es por ello por lo que Europa es poco más que un mercado común financiarizado. La Europa política no existe y es el motivo de tanta diversidad de niveles de productividad, salarios reales, sistemas de protección social y marcos fiscales .

3.- La creación del euro fue un error mayúsculo, hasta el punto que los mismos que lo crearon están hoy convencidos que fue algo así como empezar una casa por el tejado.

 La primera crisis de verdad que se ha presentado ha sido imposible abordarla con medidas coherentes y eficaces. No hace falta ser un adivino para darse cuenta de que esta crisis está destinada a durar mucho y a profundizar en sí misma.

Sus efectos son diferentes de un país a otro. La no existencia de unos Estados Unidos Europeos hace imposible gestionar los conflictos que van surgiendo en cada país europeo.

Las Instituciones europeas, incluído el Banco Central Europeo, son completamente incapaces de resolver nada y cuando lo intentan fracasan estrepitosamente. Portugal, Grecia, Irlanda, Italia y España están peor que hace seis meses y más bien antes que después dejarán de atender sus Deuda.

Esa infernal solución de austeridad para todos en todos los países, propuesta por Alemania, es la solución que se dio en el binomio 1929-1930. Del mismo modo que entonces agravó la crisis real, las soluciones preconizadas por Bruselas siguiendo las instrucciones alemanas tendrán los mismos efectos. 

4.- La serpiente monetaria europea hubiera sido una buena solución, al permitir a cada Nación Estado europeo  ser soberano,  gestionando su economía y su moneda de forma autónoma. 

La interdependencia de unos países con otros se hubiera implantado por medio de la serpiente monetaria, intercambiando unas monedas con otras con unos tipos de cambio cuasi fijos, revisándolos periódicamente con unos ajustes negociados entre todos.

Era la única forma de hacer converger hacia arriba las economías y aproximar la competitividad de los sistemas de producción, salarios reales y los diferentes sistemas de protección social.

Cada país habría desarrollado políticas monetarias diferenciadas con objetivos nacionales propios, con medios para controlar los flujos financieros, justamente lo contrario que se ha hecho: Una integración financiera desregulada y sin fronteras.


¿Hacia dónde vamos  ?


Los Planes de austeridad y penalizaciones para los Estados miembros impuestos por Alemania, apoyados por los máximos representantes de la Unión, solo pretenden mantener un euro que nunca debió crearse.

Que Europa va a entrar en un largo periodo de recesión por la acumulación de políticas restrictivas es algo inevitable. Hemos entrado como conejos en la trampa de la austeridad y de seguir así no tenemos la menor escapatoria.

Toda esta acumulación de políticas restrictivas nos conduce a una reducción de la demanda interior de la zona euro y a tener serias dificultades para equilibrar el Gasto Público, que es el único objetivo perseguido.

Si no supiéramos perfectamente lo que ocurrió en la crisis del 29 se podría perdonar a Merkel y compañía que lleven a Europa en una dirección económica ya experimentada y, que en principio, y visto desde nuestra perspectiva española, nos conducen al desastre.

Como las consecuencias de estas políticas que solo acaban de empezar son terribles para todos, con la ayuda de los pueblos europeos debemos forzar  a nuestros gobernantes  que busquen soluciones inteligentes, que no nos lleven irremisiblemente a una deflación competitiva generalizada.


Esta política aplicada a España sólo puede conducir a ampliar la gran magnitud de la deuda total española, a una disminución del crecimiento español durante mucho tiempo, al aumento del desempleo, y a la imposibilidad real de amortizar y pagar los intereses de la Deuda Total de España.

Tienen razón los griegos cuando denuncian la arrogancia alemana actual a la que comparan con la de los años 30, que llevó a Europa a la Segunda Guerra Mundial. ¿No se pasan de nuevo los alemanes sobreestimando la superioridad de la economía alemana, cuando a nivel global presenta tanta fragilidad? 


Si no continúa la construcción de Europa no saldremos adelante.


Muchos pensamos que Europa es capaz de responder a las esperanzas que generó en la mayoría de los europeos, considerando que es la única forma capaz y válida para afrontar los problemas de hoy y de mañana de todos. España como Irlanda, Portugal, Grecia e Italia necesitamos si cabe más que los demás que Europa avance en una mayor integración.

Ningún país europeo por sí solo tiene el suficiente tamaño como para poder emprender la política de inversiones que Europa necesita en este momento. La pareja franco-alemana, que siempre funcionó bien desde el final de la 2ª Guerra Mundial para resolver todo tipo de crisis, hoy se muestra impotente y paralizada. Hace falta más Europa, más integración, más convergencias monetarias, fiscales y salariales, que den lugar a más productividad y competitividad para todos.

El predominio de lo intergubernamental sobre lo europeo es el principal problema de Europa. Parece como si los europeos no fuéramos capaces de pensar la democracia fuera del contexto Estado-Nación. Las culturas políticas nacionales impregnan nuestra visión de Europa, y por eso tenemos tanta dificultad en ver la Unión Europea como un Estado, y la Comisión Europea como un gobierno tradicional, que responde frente al pueblo o sus representantes directos.

Para que Europa resuelva nuestros problemas reales, los problemas de todos, debemos dotarla de nueva legitimidad y eficacia, ya que es el único ejemplo en el mundo de democracia supranacional, es decir, ejercida en un marco superior al del Estado-Nación.

Nuestro Estado de las Autonomías, en este contexto, es una caricatura de Estado en el que las autonomías que debían dar más solidez al Estado Español son las que quieren desvertebrarlo con la ayuda incondicional de un Presidente de gobierno frívolo que no sabe ni tan siquiera cual es la situación real de la economía española y la de sus autonomías.

Este es el único problema que deberemos resolver los españoles sin ayuda de nadie: La Reforma del Estado de las Autonomías, con un déficit estructural muy importante, completamente infinanciable y fuente de todo tipo de corruptelas.

La Comisión Europea, por su lado, tiene un papel básico en la formación del interés general europeo, que está más allá de los Estados miembros. En los últimos años la Comisión ha pasado de defender la economía social de mercado a considerarla un incordio.

Barroso, que debía defender los intereses de la Comisión que preside, ha reforzado el poder de los Estados . Es por lo que vivimos un momento de standby que perjudica gravemente los intereses generales. 

Pero no debemos desesperar. El principal desafío de la Unión Europea viene de la mundialización y sólo se enfrentará con éxito a ésta si deja a un lado el proteccionismo y practica políticas que garanticen un crecimiento razonable.

Sólo seremos un actor importante en el desorden mundial multipolar y postoccidental si jugamos un papel estructurador, si promovemos la cooperación internacional basándonos en la reciprocidad, si desarrollamos políticas ecológicas de lucha contra el cambio climático, el ahorro energético o la preservación de recursos del planeta.

También debemos hacer las cosas mejor en políticas de ayuda al desarrollo y políticas de inmigración que hasta la fecha se han vuelto contra nosotros por ir todos los países por libre.

Para poder hacer todo esto antes que nada hay que resolver el gran problema que hoy día condiciona todo. Nos equivocamos al poner en marcha el euro, no queda otro remedio que volver a reconsiderar todos los errores cometidos. El euro está condicionando el futuro de Europa y todas las políticas de austeridad que se han puesto en marcha se deben a un intento desesperado por salvarlo. Esto supone sacrificar el bienestar y el modo de vida de los europeos por muchísimo tiempo.

La Historia económica muestra que sólo utilizando políticas monetarias devaluatorias individuales se volvía al crecimiento.EEUU y Francia son dos ejemplos magníficos para soportar mis afirmaciones en varios momentos de los últimos ochenta años.

Sólo saldremos de esta crisis países en la situación de España saliendo del euro y devaluando sus monedas.La política monetaria es un instrumento demasiado importante para dejarlo en manos de las autoridades europeas.


La salida del euro y la refundación de la zona monetaria europea es la única solución para España y otros países europeos con dificultades serias


El paso gradual de la moneda única a la moneda común podría ser una solución para nosotros y para otros países con problemas parecidos a los nuestros. Se trataría de recuperar la soberanía monetaria, aunque comprometiéndonos a coordinarnos estrechamente con los países que conservaran el euro. 

- España y Grecia procederíamos a realizar devaluaciones de cierta importancia, de un 30 a un 40%, para aumentar nuestra competitividad e incrementar nuestras exportaciones.

- Francia e Italia podrían devaluar de un 15 a un 20%.

El euro sería la única moneda totalmente convertible de la zona y las nuevas monedas nacionales lo serían solamente con respecto al euro con paridades fijas pero periódicamente revisables.

El mercado de cambios se podría centralizar en Frankfurt en señal de buena voluntad y se admitiría que estuviese muy bien reglamentado, asumiendo obligatoriamente la prohibición de posiciones en descubierto y de movimientos de capitales a corto plazo.

Existiría un mercado monetario restringido a la zona euro y desconectado del resto del mundo, con el euro funcionando con el papel de moneda pivote. 

Las ventajas de de esta solución serían de dos tipos:

- Existiría una estrecha coordinación monetaria entre los países europeos.

- El país que lo necesitara podría conservar una cierta flexibilidad monetaria para poder aumentar su competitividad e incrementar sus exportaciones.

-En un periodo de escasos cuatro años, las economías que salieran temporalmente del euro crecerían y crearían empleo.

Que esto no le gustaría a Alemania es obvio, pues vería disminuídas sus exportaciones hacia Europa.

Pero solo saliendo del euro los países que lo necesitaran, tendríamos la posibilidad de  reexaminar en detalle el conjunto de la construcción del euro e iniciar la refundación de esta zona monetaria, que no tuvo en cuenta las condiciones necesarias y suficientes para que pueda funcionar un entramado tan complejo como el Sistema Financiero Europeo dentro de un conjunto de países completamente diferentes en todo. 

Alemania tendría mucho que perder si estallara el mercado europeo y se produjese una situación en la que no existieran estrategias cooperativas. 

No queda otro remedio que situar a Alemania en la perspectiva de una ruptura total del Sistema financiero europeo para que reaccione y saque a Europa de la parálisis en la que ha dejado la construcción europea.

Ya basta con el rollo del falso dogma de la estabilidad monetaria a cualquier precio, pues eso sólo beneficia a Alemania y a nosotros nos deja en la imposibilidad de recuperar el crecimiento  y la posibilidad de crear empleo. 

Angel Gimeno Marín
Profesor, Economista,Ingeniero Industrial, miembro de Greenpeace
Empresario, Máster y Pade en Economía y Alta Dirección
Ex Consejero de Economía y Hacienda Diputación General de Aragón