SADISMO, SADISMO ECONÓMICO, típico de un presidente de españa que jamás debió serlo. Normal en la Alemania nazi, la URSS de Stalin y la Postguerra de Franco. Aquí,en la españa de este verano de 2012, el registrador añora a Franco, a pesar de que en seis meses ha perdido la mayoría absoluta y antes del 12 de Octubre estará con una estimación de voto inferior al 30% QUE SUMADO AL 18% del PSOE, lo ilegitimará para gobernar, por haber engañado a los españoles.
SALGAMOS DEL EURO . Igual que cayó el Imperio austrohúngaro y la URSS, así caerá el mal nacido euro y la zona monetaria del euro. Salgamos y mandémosles a la mierda. Después renegociaremos la Deuda que antes dejaremos de pagarles. Si quieren cobrar algo, se tendrán que sentar a negociarla. Esto no lo puede entender Rajoy ni sus funcionarios que lo harían mal incluso en el Sahel. Nosotros debemos entendernos con nuestros aliados naturales:EEUU, BRICS, Italianos, suecos e ingleses. Y lo que deberemos hacer por encima de todo es SALIR DEL EURO, DEVALUAR LA PESETA, NACIONALIZAR LA BANCA, POTENCIAR LAS EXPORTACIONES Y CREAR EMPLEO, SALIENDO DE ESTA A EUROPA MALDITA INCAPAZ DE CREAR UN PUTO EMPLEO.
¿Sadismo? Sí, sadismo. ¿Cómo llamar de otro modo esa complacencia en causar dolor y humillación a personas? En estos años de crisis, hemos visto cómo en Grecia, en Irlanda, en Portugal, en España y en otros países de la Unión Europea (UE) la inclemente aplicación del ceremonial de castigo exigido por Alemania (congelación de las pensiones; retraso de la edad de jubilación; reducción del gasto público; recortes en los servicios del Estado de bienestar; merma de los fondos para la prevención de la pobreza y de la exclusión social; reforma laboral, etc.) ha provocado un vertiginoso aumento del desempleo, de los desahucios de la mendicidad y del número de suicidios.
A pesar de que el sufrimiento social alcanza niveles insoportables, Angela Merkel y sus seguidores (entre ellos Mariano Rajoy) continúan afirmando que sufrir es bueno y que ello no debe verse como un momento de suplicio sino de auténtico júbilo.
Según ellos, cada nuevo día de castigo nos purifica y regenera y nos va acercando a la hora final del tormento. Semejante filosofía del dolor no se inspira en el Marqués de Sade sino en las teorías de Joseph Schumpeter, uno de los padres del neoliberalismo fanático, quien pensaba que todo sufrimiento social cumple de algún modo un objetivo económico necesario y que sería una equivocación mitigar ese sufrimiento aunque sólo fuese ligeramente.
Hijos del diablo, al infierno los lanzaremos cuando llegue el momento.