Cuando el poeta sirio Adonis (Al Qassabin, 1930), eterno candidato al Nobel de Literatura, acudió a recoger el pasado 19 de febrero el Premio de la Paz de Erich Maria Remarque de la ciudad de Osnabruck (norte de Alemania) le montaron una tangana. "Adonis puede ganar cualquier premio literario pero no un premio de la paz", declaró su propio traductor al alemán, Stefan Weidner. Kermani, escritor alemán de origen iraní, rechazó pronunciar la Laudatio de Adonis a la que había sido invitado, aunque aclaró que apreciaba su "obra lírica". ¿Razones? Los críticos alegaban que el premiado no se había distanciado claramente del presidente Asad, lo que lo convertía en "indigno" para un premio de la Paz.
Adonis rechazó las acusaciones y respondió que quien las hacía o no había leído su obra o no la había entendido y, a los que le exigían una repulsa clara, les dijo: "Si publicaran una declaración en la que pidieran la separación del estado y la religión en Siria, la renuncia a la violencia y la igualdad de derechos para la mujer la firmaría de inmediato". El escritor afincado en Francia lamentó además que quienes protestaban contra el galardón no dijeran ni palabra contra la destrucción de Alepo y Palmira o contra el saqueo de museos por parte del Estado Islámico. Adonis había sido galardonado por el jurado por "su compromiso con un Islam ilustrado". Pero tal vez el Jurado había sido algo benevolente con su descripción...
Porque el último libro del poeta que nació en una miserables familia alauí y logró estudiar después de tener la oportunidad de recitarle unos versos al presidente Shukri al-Kuwatli, muesta su compromiso innegociable con la Ilustración, sí, pero, por lo demás, repudia el Islam en bloque. 'Violencia e Islam' (Ariel, 2016) reúne el conjunto de entrevistas que la profesora Houria Abdelouahed le hizo a Adonis en torno a la religión del profeta, su relación indisociable con la violencia y el afán de dominio, y su futuro fin, del que el terrorismo del Estado Islámico sería el último grito de desesperación previo a su fallecimiento. Pero leamos mejor las razones de la pluma del propio Adonis.
1. El Islam convirtió la Primavera Árabe en una guerra
"Al principio, el levantamiento árabe hizo pensar en un despertar. Un despertar muy bello. Pero los acontecimientos que siguieron a la llamada primavera árabe han demostrado que no se trataba de una revolución, sino de una guerra, y que esta, en vez de sublevarse contra la tiranía, se ha convertido en otra tiranía. Por supuesto hubo oposiciones que no recurrieron a la violencia. Pero fueron aplastadas por el peso de los acontecimientos que se desarrollaron tras el inicio del levantamiento. Por otra parte esta revolución ha demostrado que era confesional, tribal y no cívica, musulmana y no árabe. (...) ¿Podemos hablar de una revolución árabe si la mujer sigue estando prisionera de la sharía? El recurso a la religión ha transformado esta primavera en un infierno".
2. La Historia no tiene cabida en el Islam
"Se diría que a los árabes de hoy les falta el espíritu del cuestionamiento. En cuanto se refiere a la historia, los árabes no llegan a pensar objetivamente el primer estado llamado arabo-musulmán que fue fundado sobre el poder y la pertenencia a la tribu. Quien dice tribu dice ausencia de pluralidad. (...) Lamentablemente, uno se da cuenta de que el pensamiento árabe, incluso el calificado como moderno, sigue siendo dogmático y prisionero del espíritu de la tribu. No hay nada que cambiar, nada que cuestionar. Todo debe permanecer fijo, inmutable. Lo que hemos denominado 'asr an-nahda' (el renacimiento), se revela un falso renacimiento. Por tanto, no se puede reinterpretar la historia, ni analizarla, ni avanzar, si no se logra romper con el espíritu religioso y la mentalidad tribal".
3. El Corán es un texto extremadamente violento
"Se trata de un texto extremadamente violento. He encontrado 80 versículos sobre la gehena, 66 que evocan el paraíso y 72 que hablan del paraíso como lugar de disfrute infinito. El 'kufr' (el rechazo a Alá) y sus derivados figuran en 518 versículos, el suplicio y sus derivados fueron objeto de más de 370. De 3.000 versículos, 518 tratan del castigo. El infierno se menciona 80 veces. (...) Sin embargo no encontramos ni un sólo versículo que incite a la reflexión u otro que aluda a los beneficios o ventajas de la razón o del espíritu, entendido como espíritu creativo. Cuando el Corán dice 'yatafak-karum' (reflexionar, razonar), es en el sentido de acordarse de los preceptos ya indicados en el Corán para aplicarlos".
4. El Islam desacredita, maldice y aplasta a la mujer
"La mujer siempre ha sido desacreditada o maldecida, cuando no literalmente aplastada. La mujer no figuraba entre los dirigentes. Siempre ha ocupado una segunda categoría. No formaba parte de lo que, en el fondo, constituía una sociedad. Se la consideraba como un objeto decorativo. (...) El islam ha matado a la mujer. La mujer ya no existe, solamente un sexo o una fantasía que se llamar "la mujer". Y ha hecho de ella un instrumento para el deseo o el placer del hombre. Ha utilizado la naturaleza para establecer y asentar desde el principio su dominio y su poder. (...) Lo peor es que los revolucionarios árabes y musulmanes dejan de ser revolucionarios si los confrontamos con la cuestión de la mujer. Los revolucionarios acaban siendo igual de fundamentalistas".
5. El Islam institucionaliza las pulsiones humanas
"La violencia que acompaña al Islam desde su nacimiento se ha institucionalizado. Ahora forma parte de la institución estatal. Añadamos que los musulmanes han sido, desde el principio, conquistadores. El siglo que siguió a la muerte de Mahoma fue sangrante y la guerra no ha cesado jamás.Los musulmanes solo respetan su Texto. El diálogo ya no está permitido. El creyente piensa que él posee la verdad absoluta. En este momento, cualquier otra creencia es, según él, falsa y debe ser rechazada, Este tipo de creencia ha transformado la política islámica en una 'techné' cuyo designio último es el poder y la manera de conservarlo. Toda la historia de los árabes es testigo de ello. Su cultura es la cultura del poder".
6. El Islam envenena la relación con Occidente
"En Europa la sociedad ha envejecido. Está agotada, es decir, arruinada, sobre todo por los problemas económicos. Todo el mundo busca trabajo. Las personas tienen miedo del porvenir. Casi cuatro millones de personas en Francia no tienen empleo. Angustiadas, las gentes procuran protegerse en vez de abrirse al futuro. (...) La utopía puede ser un proyecto. Pero en el mundo árabe, en vez de creer en el futuro, nos encontramos ante un proyecto absoluto: casarse con la religión. Y Europa también empieza a retroceder".
7. El Corán condena a los poetas
"El Islam ha matado la poesía. Este asesinato de hecho, es el de la subjetividad, el de lo experimentado por el individuo, de su experiencia de vida en beneficio de la creencia común, la de la Umma (la comunidad). El islam ha rechazado que la poesía fuese un conocimiento y una búsqueda de la verdad. La ha prohibido y condenado. Sin embargo, la poesía no tiene sentido si deja de ser búsqueda de la verdad. Puedo decir que la poesía desmonta y desmantela a la religión, tanto en su creencia como en su conocimiento. Pues la poesía la que dice la verdad".
8. El Islam combate la modernidad
"La poesía preislámica fue, como la de Bashar ibn Burd y la de Abu Nuwas, un espacio muy moderno. El Islam ha combatido esta modernidad y esta creatividad que recurren a la experiencia humana. Deploro que, hasta hoy, nos sigan faltando en el mundo árabe estudios profundos sobre la poesía, la lengua poética y la estética árabe".
9. La religión sólo da respuestas pero no hace preguntas
"El pensamiento religioso sostiene que la palabra dice la cosa de una vez por todas. Es por esta razón que digo que el Islam ha limitado a la lengua. La lengua anterior al Islam era bella y libre. El Islam ha limitado su campo, su amplitud y sus horizontes. Ahora bien, la palabra jamás puede decir una cosa de una vez por todas. Para mí esto es una herida. (...) Repito: la poesía, como el mito, es una pregunta. La religión es una respuesta".
10. El Islam está devolviendo a los países árabes al salvajismo
"Lo que ocurre en los países árabes desde 2011 es una especie de retorno a lo prehumano, al salvajismo. Se asesina al hombre para robarle o porque piensa de manera distinta. Se asesina a quienes no pertenecen al sunismo o piensan de manera distinta. Ello pone de manifiesto el odio hacia lo humano. Estas prácticas y el silencio de los musulmanes que rodea estos hechos demuestran que los musulmanes creen y piensan, como ya dije, que el Islam es la única religión verdadera, la religión completa, la que Dios ha elegido para sus fieles. Como si fuera imposible vivir sin el Islam. ¿Cómo se puede pensar que el mundo sin el Islam carecería de sentido?"