Menos gente de lo habitual, muchos huecos en las gradas del Santiago Bernabéu y ambiente raro. Al principio, porque la final llegó la alegría con un festival más de Cristiano Ronaldo y de su equipo en general, que completó un gran segundo tiempo. El triunfo obtenido ante el Levante en Valencia no fue tenido en cuenta por la afición madridista, que sigue lamiéndose las heridas por la dura derrota sufrida en el derbi una semana antes. Aquel día la megafoníaapagó la revuelta social tras decretar el árbitro el final del partido. Con la visita del amenazante Celta, una pancarta que apareció en un lateral del estadio -encima del palco de autoridades- despareció en un abrir y cerrar de ojos. La misma, obviamente, no fue del agrado de Florentino Pérez. La libertad de expresión no tiene lugar en 'su' Real Madrid.
El mensaje de la pancarta en cuestión no era ofensivo ni aparecía ningún término grueso. Los aficionados que la desplegaron no emplearon ningún insulto, aunque el recado iba en dirección al palco de autoridades. Y claro, eso no gusta al actual presidente. 'Escuche al estadio y dimita, Florentino', rezaba el escueto comunicado. Pero claro, una vez más la libertad de expresión quedó cercenada de inmediato. Tres efectivos de seguridad la hicieron desaparecer en cuanto la orden fue dada. Tras el derbi, el volumen del himno se subió el máximo para que el unánime '¡Florentino, dimisión!' quedara enterrado. Dos detalles consecutivos más que elocuentes
Mensaje a los jugadores
“Estoy hasta los huevos de pañoladas”, dijo Florentino en su círculo más íntimo tras acabar el derbi, como desveló El Confidencial este sábado. Y sabía que el partido ante el Celta encerraba mucho peligro, en el campo y en la grada. Tal vez por ello utilizó -nunca mejor dicho- la 'Grada Fan Real Madrid Club de Fútbol', que vive bajo el paraguas institucional, para lanzar un mensaje a los jugadores. Este colectivo, que en los primeros minutos estuvo de espaldas al campo y en silencio como muestra de castigo al equipo por su fracaso ante el Atlético, desplegó una pancarta con el siguiente mensaje: 'Para llevar este escudo hay que sudar la camiseta', texto que cerraba el nombre de Di Stéfano a modo de firma.
El ambiente que rodeó al partido fue raro, al menos hasta el descanso. Y el juego del Real Madrid no ayudó a que sus aficionados despertaran de la siesta en ese período. Apatía y dejadez absoluta por parte de una grada cansada de sufrir revés tras revés, mientras en el Barcelona -sobre todo- y el Atlético de Madrid todo es felicidad. Mediado el primer tiempo ya empezó a sonar música de viento en el coliseo madridista. Las primeras muestras de desagrado se manifestaban, sobre todo cuando Sergio Ramos cometió un error que por fortuna para los intereses de su equipo no tuvo mayor incidencia. Un penalti reclamado por Cristiano Ronaldo -que no fue- activó un tanto a la grada, hasta entonces pasando la tarde entre bostezo y bostezo. El gol de Pepe en el minuto 40 desperezó a una afición hasta entonces aletargada. Luego llegó el éxtasis.
Festival de Cristiano
Más enchufado salió el equipo de Zidane tras el descanso, lo que agradeció la afición. El entrenador francés había mostrado su disgusto en alguna ocasión durante el primer acto, pero los suyos regresaron al terreno de juego con otro talante. Apareció por la banda Bale para calentar, lo que también animó la tarde. Pero fue el segundo gol, una perfecta 'folha seca' firmada por Cristiano Ronaldo, lo que apaciguó la atmósfera. El portugués se dirigió a la grada echándose una mano a una de sus orejas, pues ya algún murmullo había sido dirigido al atacante. Cuando firmó su doblete con una falta directa ejecutada a la perfección, la calma se instaló en el Bernabéu.
Luego llegó otro arreón goleador del Real Madrid, que selló un excelente segundo tiempo. Iago Aspas puso la emoción durante unos segundos, hasta que apareció de nuevo CR7 para cerrar el partido. Pero la fiesta madridista se alargó hasta el final. El atacante de Madeira colocaba el cuarto en su casillero particular, uniéndose a la fiesta Jesé Rodríguez poco después. '¡Así, así, así gana el Madrid!', cantó la afición, que llevaba tras varios días rumiando el fracaso sufrido ante el vecino. La guinda, para que no faltara de nada, la puso el reaparecido Bale.Felicidad total. Al menos por ahora...
No hay comentarios:
Publicar un comentario